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EL APERREAMIENTO

El “Aperreamiento”, un método de tortura, era un “espectáculo”, un “circo romano”, traído a estas tierras por españoles.
La idea era que los indígenas fuesen humillados, lastimados o destrozados. Dominados. Che, y no sigue pasando todavía?, seguimos con miedo a que nos echen los perros?.


De todas las armas utilizadas por los europeos para la Conquista del Nuevo Mundo, los historiadores no dudan en atribuir un papel fundamental a los perros. Éstos, sumados a los caballos, armaduras y arcabuces contribuyeron en gran medida al triunfo en la lucha con los indígenas
Llamados también “perros de guerra”, estuvieron presentes desde un principio en la conquista como un elemento importante para dominar a aquellos que se opusieran a sus objetivos.
Los escritos nos describen a estos perros, denominados Alanos; originarios de la península ibérica, a los que se les corta las orejas al ras para evitarles heridas en la lucha. Estos perros similares al actual Gran Danés procederían de la Rusia Oriental, pertenecientes a los Alanos, un pueblo escita, que junto a los Hunos invadió provincias del Imperio Romano y después, fusionándose, llevó esta raza canina por toda Europa, hasta España.
En la conquista de América, la denominación de Alano se aplicó de manera extensiva a todos los perros utilizados. Aunque, también actuaron dogos y lebreles.

Fray Bernardino de Sahagún, escribe en laHistoria general de las cosas de la Nueva España; "(...)Ya se pusieron en marcha, ya van hacia México. Van en un círculo, van en son de conquista. Van alzando en torbellino el polvo de los caminos. Sus lanzas, sus astiles, que murciélagos semejan, van como resplandeciendo. Y en cuanto a sus espadas, como el agua hacen ondas.
Así hacen también estruendo. Sus cotas de malla, sus cascos de hierro; haciendo van estruendo. Algunos van llevando puesto hierro, van ataviados de hierro, van relumbrando. Por eso se les vio con gran temor, van infundiendo espanto en todos: son muy espantosos, son horrendos. Y sus perros van por delante, los van precediendo; llevan las orejas en alto, llevan tendidas sus narices: van de carrera: les va cayendo la saliva."

Crónicas:
En 1495 Bartolomé Colón -hermano de Cristóbal- había empleado 200 hombres, 20 caballos y 20 perros en la batalla contra los caribes, en la isla de La Española. Los cronistas hablan de “perros enormes, con orejas cortadas, ojos de fiera de color amarillo inyectados en sangre, enormes bocas, lenguas colgantes y dientes en forma de cuchillos, salvajes como el demonio”.
Era el año 1528, un 16 de junio de 1528, en la plaza mayor de León en Nicaragua, un indio apenas armado con un garrote se defendía del ataque furioso de cinco mastines endemoniados. Cuando la fortaleza del indio aparejaba la lucha, otro mastín fresco era soltado, y el indio que ya no podía más, caía y era destrozado por los animales furiosos que comían de él lo que quería.
Estos 18 indígenas eran caciques. No eran indígenas comunes, sino gente destacada, bravos guerreros que se opusieron a ser dominados por los conquistadores.

A este método de tortura le llamaban el “Aperreamiento”; una de las más crueles torturas. La idea de esta tortura era que los indios fuesen destrozados. Así, mal heridos, o muertos los dejaban tirados durante días en la plaza, como escarmiento.

Los perros en Tucumán:
En 1559 en el Reino del Tukma (Tucumán) los intereses de España, necesitaban libre la Ruta del Perú y ofrecer una demostración de fuerza a los guerreros Kilmes, decidieron el retorno de sus huestes al valle. Tras más de cien años de guerra y penurias los Kilmes quedaron finalmente solos frente al enemigo. Los soldados españoles veían desde debajo de la fortaleza las hogueras y danzas de aquel pueblo irreductible.
Los Kilmes (Quilmes), cantaban al Sol y la Luna aquellas letanías desgarradas, y desde lejos, sobrecogían a los rudos sitiadores y hacían gemir a sus perros de guerra.
Habían llegado en días previos a las cosechas y soltaban a sus caballos y ganado en los cultivos, esperando rendir al pueblo por hambre, ya que en los intentos de asalto a sus defensas eran rechazados.
Los Kilmes a su vez eludían en este trance los combates a campo abierto, en los que las armas de fuego, los caballos y los feroces perros decidían la suerte a favor de los cristianos frente a las flechas y las piedras de honda.
Pero aquellos condenados cantaban y bailaban, gritaban no hacia abajo donde el enemigo acampaba, sino hacia arriba, al camino venturoso de los muertos. Ya habían demostrado que no temían a la muerte, sino a la esclavitud.
Aquel pueblo acantonado en su última porción de tierra y ante la segura esclavización, conocía desde generaciones al enemigo y el destino de los vencidos, convertidos en bestias de trabajo y alimento de perros.
Conocían esas caravanas de los que venían en nombre de la civilización, en los mercenarios a caballos seguidos de sus perros, que hacían marchar a los prisioneros y de tanto en tanto daban uno de ellos a los mastines como alimento, tal como testimoniaron algunos cronistas de la Compañía de Jesús.
Tan crueles eran que los conquistadores los usaron para ejecutar a prisioneros o divertirse viéndolos cómo descuartizaban indios con sus fauces.

Relatos de cronistas de la época.
No escatiman descripciones impresionantes, aquí algunos ejemplos:
.- El fraile Bernardino de Sahagún refiere testimonios de indios atacados por “perros enormes, con orejas cortadas, ojos de fiera de color amarillo inyectados en sangre, enormes bocas, lenguas colgantes y dientes en forma de cuchillos, salvajes como el demonio y manchados como los jaguares”.
.- En su travesía hacia Tenochitlán, Hernán Cortes avanzaba: “primero cuatro jinetes, mirando a todas partes, observando entre las casas. También los perros iban con las narices contra el suelo, siguiendo las huellas y jadeando. Y atrás suyo iban hombres armados, luego más jinetes, ballesteros, arcabuceros.”
.- Fray Bartolomé de las Casas afirma que los españoles tenían el hábito de arrojar sus perros en cualquier ocasión, contra los indios.
.- En Cartagena; un portugués llamado Roque Martín, ingresaba dentro de las casas de los indios para que los perros los devoraran, éste era su único alimento.
.- En la Florida, al cacique Ocita, los españoles de Pánfilo de Narvaéz le dieron una lección, como para que no lo olvidara nunca: "su madre había sido echada a los perros, que la destrozaron y devoraron"
.- En la región oriental de Higüey, un español de apellido Salamanca, para divertirse, le había echado a un cacique un perro bravo entrenado para matar indios. Delante de su gente el can destrozó horrorosamente al jefe indio.
.- En marzo de 1503, Quibio, cacique de Veragua, asaltó el pueblo de los cristianos, en cuyo combate hubo muchos muertos y heridos. Los indígenas fueron castigados con el corte de espadas, y por un perro que los perseguía fieramente.
.- También en Antigua, “la crueldad de Juan de Ayora, teniente del gobernador Pedrarias, dejaba estupefacto a sus propios hombres, salteaba los poblados de noche y atormentaba a los indios echándole los perros que los descuartizaban”.
.- Vasco Nuñez de Balboa “aperreó al cacique Torecha y a cincuenta personas que halló allí, echaba a todo vicioso a los Alanos, pensando que los justicieros mordían a los pecadores”.

Perros “célebres”:
.- Becerillo; Perteneciente al conquistador de Puerto Rico Juan Ponce de León. Era de color bermellón, de gran talla e inteligencia. Reconocía a los indios dóciles, a los que no dañaba, de los combativos con los que era implacable. Murió víctima de una flecha envenenada.
.- Leoncillo: En Antigua, Vasco Nuñez de Balboa fue recibido con honores. Repartió los cien mil castellanos de oro, perlas, cautivos y hembras entre sus hombres: apartó la quinta parte para el rey y destinó más de quinientos castellanos a Leoncillo, perro hijo de Becerillo. Ganaba más que un arcabucero. Leoncillo combatió al sur del Canal de Panamá, murió envenenado.
.- Amadis: hacia 1570 acompañó a los españoles en sus campañas contra los indígenas Chimilas un perro que se llamaba Amadís. A pesar de las protestas de los frailes franciscanos; los soldados españoles seguían empleando la práctica de "emperrar" a los indios. Este gigantesco mastín de raza alano se hizo famoso por la saña con la que devoraba a sus víctimas, paralizadas de pánico. La vida de Amadís no fue larga ya que el que a colmillo mata, a flechazos muere.
.- El Familiar; En esta época empieza a tomar forma la leyenda del Perro Familiar, en las Encomiendas, en las plantaciones.
A veces no era necesario usar las espadas, arcabuces para derrotar a los indígenas enemigos, pues soltando los perros que iban delante, “aterrorizados vacilaban y abandonaban la pelea y las filas, asombrados de la prodigiosa invención”
Los conquistadores se apoyaron en muchas cosas para conquistar además de los perros; los arcabuces y cañones causaban gran impresión, pero eran escasas y muy lentas de recargar, las espadas de acero y de hierro, los cuchillos y las armaduras demostraron ser mucho más efectivos.
Los caballos permitieron a los conquistadores sitiar las ciudades y lanzar rápidos ataques para obtener comida y alimentos que de otra manera presentaría una gran dificultad.
Los perros fueron usados para rastrear y atacar humanos en la selva y en los bosques. Otro factor importante en las victorias de los conquistadores fue la introducción de enfermedades e infecciones.
Pero una de las más efectivas, fue crear la división entre los distintos pueblos y naciones indígenas, apelando a los traidores y sobre todo a los lenguaraces, aquellos que sabían hablar idiomas nativos y el español. A través de ello, sabían de todo sobre los pueblos originarios; sus luchas intestinas, sus divisiones, sus odios, sus debilidades y sus costumbres.
Un ejemplo: A Cortéz, los lenguaraces le consiguieron una mujer. Una tal Malinali o Marina o Malinche. Hablaba 3 idiomas; Náhuatl, Maya y Español.
Se convierte en su amante y a través de sus conocimientos, Cortéz comunica su plan de conquista: 1.- Moctezuma tiene dominados a todos sus vecinos. 2.- Los vecinos ansían librarse de Moctezuma. 3.-Cortés se hará amigo de los vecinos y con su ayuda atacara a Moctezuma. 4.- Vencido Moctezuma Cortés dominará a los vecinos haciéndolos pelear entre si. "El clásico divide y ganarás".
Y nuestros perros?:
Hoy, también tenemos nuestros conquistadores, con el mismo objetivo, nuestras riquezas, y utilizan sus perros y sus traidores y sus armas para esclavizarnos de distintas maneras.Los perros de ahora meten mucho miedo; inflación, dólar alto, bajo, riesgo país, falta de trabajo, subempleo, inseguridad, planes, bolsones, programas de TV, gobiernos de izquierdas, infiltrados, terrorismos, etc.Lo único cierto es que estos perros nos descuartizan el futuro, se lo tragan y nos dicen que debemos cuidarnos, portarnos bien, porque sino, viene el “perro familiar”.
Nos siguen aperreando, de mil formas, sobre todo cuando quieren algo nuestro, cuando defendemos nuestra libertad, nuestros derechos y cuando queremos cumplir con nuestras obligaciones, cuando queremos un Tucumán mejor, un Jardín mejor.
El defensor de los derechos humanos, Bartolomé de las Casas, en su elocuente defensa de hombres y mujeres de nuestra tierra terminó con un noble grito al corazón: “Todo el mundo es humano”.

EL PERRO FAMILIAR

Cuento, leyenda, realidad, metáforas para esclavizarnos?. Mensajes del Maligno?. Tácticas y estrategias de dominación?. Estilo de vida de algunos?. O la vieja forma de hacernos quedar en el molde?. Ud. querido lector dirá, tiene la palabra.

Por las noches o a la hora de la calurosa siesta, se podía oír un ruido extraño, unos gruñidos con rabia, el golpe de una cadena en las piedras chicas del camino, era el Perro familiar, así le decía la gente en pocas palabras y cerraba puertas y ventanas, por si acaso.
No era un animal corriente, era un perro muy grande, color negro con las pupilas rojas de sangre y furia. Era el Diablo para algunos o el perro del Diablo para otros.
No era un perro cualquiera, como los que conocemos, el monstruo diabólico y misterioso tenía una particularidad; buscaba, atacaba o se llevaba a determinadas personas. Lo digamos claro, siempre su blanco eran aquellos que atentaban contra; “la autoridad, contra el orden establecido, la seguridad, la tranquilidad del pueblo, los valores, las leyes, los derechos, la patria, Dios, la familia”.
Esta leyenda, con una tremenda base supersticiosa, aprovechada por los poderosos de turno, se sitúa profundamente en la zona de los ingenios y plantaciones, que dentro de sus tierras tenían las famosas colonias, donde vivían los trabajadores, constituían verdaderos pueblos, o ciudades pequeñas, pero con la ley del patrón, la policía del patrón, los almacenes del patrón y curiosamente todos votaban para el partido o candidato del patrón.
También este perro aparecía en los asentamientos de las fuerzas armadas; en el Regimiento 19, en el Comando, en el Arsenal.
Algunos se aventuran a decir que el perro sigue custodiando a uno de los personajes de aquellos tiempos en el Arsenal, un ex gobernador, ahora caído en desgracia.
La leyenda era una espada de dos filos, asustaba a la gente, la tenía contenida, miedosa y permitía los abusos, secuestros y humillaciones con cierta tranquilidad e impunidad.El que sabía del verdadero significado del cuento, corría riesgo si pretendía protestar, hacer valer sus derechos, pedir sus garantías, o pedir salud, educación o dignidad.
Muchos de ellos fueron llevados al infierno por el nauseabundo y cobarde perro familiar con distintos trajes, según la ocasión y la historia.
Muchos juran haber visto al Perro Familiar. Lo de familiar tiene que ver con los dueños del establecimiento o estancia, más precisamente con al familia dueña. Y porque al atacar a uno de la familia, grupo, pueblo, asociación, sindicato, movimiento producía en los demás miembros sensaciones de miedo, de parálisis, de dispersión.
El que más asidero tiene es el que tiene que ver con la Familia del dueño del perro, el que hizo el pacto con el demonio, en ese pacto, el diablo cuidaba la fortuna de la familia y a cambio tenían que alimentar al perro con una persona, por lo menos una vez al año.

Es una forma de control, en realidad el miedo, es el motor de esta leyenda.

Hoy sigue apareciendo el Perro Familiar de distintas maneras, como antaño. Como en la conquista del continente, ya se conocía la presencia del perro y sus consecuencias.
Solo vasta revisar un poco la realidad de la vida diaria, los perros aparecen en la Iglesia, cuando hay algunos que piensan y ven las cosas distintas, cuando exigen cambios, cuando quieren que la mujer ocupe y tenga las mismas oportunidades y opciones que los varones.
En la vida política, cuando los que quieren que los derechos sean para todos, que la salud sea para todos, la educación y la vivienda sean para todos.

En el bien común, cuando todos tenemos derecho a participar y elaborar propuestas que beneficien a todos. En el medio ambiente, en el deporte, en la cultura, en la sexualidad. Siempre nos echan los perros.
Habrá que empezar a hablar del perro, a gritarle; "juira pirro...", "a la cucha", el sabe que si salimos todos, si gritamos todos, si nos paramos todos, se tendrá que ir. También sabe que tiene su tiempo contado. Falta que dejemos de tenerle miedo. Porque no es una leyenda, existe.