jueves

Carretas Tucumanas

Hace muchos años, caminaba con mi padre por un camino de tierra, cuando el se detuvo y haciendo silencio me pregunto:
- ¿Además de los pájaros, escuchas algo mas?
Agudice mis oídos y le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carreta.
- Eso es - dijo mi padre - Es una carreta vacía.
Pregunte medio curioso;
- ¿Como sabes que es una carreta vacía, si no la vemos?
Mi padre respondió:
- Es fácil, una carreta cuanto mas vacía esta, mayor es el ruido.
Pasado los años, convertido en adulto; cuando veo a una persona hablar demasiado, cuando interrumpe la conversación de otros, cuando es inoportuna para hablar, cuando quiere imponer su criterio, cuando presume de lo que tiene y sabe, cuando impone su cargo, titulo o poder, cuando su verdad es absoluta, prepotente y menospreciando a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto mas vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.”
Sería lindo que no siempre hagamos silencio, sino que aprendamos a expresarnos con libertad, parados en nuestra verdad o ignorancia, pero con la actitud de escuchar al otro, de aprender siempre cosas nuevas, de compartir la riqueza del otro, que seguramente será una manera de llenar nuestra carreta común. Nuestro Tvcvmán común.

Carreta Tucumana:
En la región del Tucumán, se construían las célebres carretas, pues se surtía de ellas a todo el virreinato. Este pesado armatoste, de una longitud de 15 metros, con una carga máxima de 1.800 kilos, estaba constituida por un camastrón, piso ajustado o caja de madera, estrecha y larga sobre dos ruedas de madera altísimas que facilitaban el cruce de ríos y arroyos. Llevaba toldo de cuero o de quinchada y paredes de lo mismo sujetas a los costados. De la carreta salía una pértiga, una caña con una púa de hierro para azuzar a las bestias.
En las carretas no hay hierro alguno ni clavo, porque todo es de madera. Se sabe que las carretas de Mendoza, son más anchas que las de Tucumán, debido a la mayor amplitud de los caminos que atraviesan.
La carreta era arrastrada por bueyes -generalmente tres yuntas-, por eso se trasladaba con mucha lentitud, recorriendo apenas cinco leguas en toda una jornada de marcha.
Un viaje a Bs. As. tardaba entre 40 a 50 días.
En las zonas alejadas de los ríos navegables, las carretas fueron el primer medio de comunicación conocido en nuestro país. Transportaban, indistintamente, carga y pasajeros entre ciudades y pueblos. Cuando los viajes eran largos, se agrupaban varias de ellas formando una caravana.



De Simoca - Zamba

Carretas cañeras cruzan la laguna;
el grillo a la luna le da su cantar
y en los valles retumba mi caja;
canta con la zafra todo Tvcvmán.

La noche en sus ojos, la miel en su boca:
te traigo una copla del cañaveral:
de la luna que alumbra en Simoca,
cuando se le antoja de noche alumbrar.

Yo le hablo a mi rancho, a los cañaverales.
¡Ojalita que ella pudiera escuchar!
Cuando salga la luna en Simoca,
con poquita cosa se ha de conformar.

Se van las carretas, subiendo el camino,
pensando en el ruido de su traquetear.
Como el grillo alunao en Simoca,
yo canto mi copla del cañaveral.

Amores de zamba cosecha la zafra;
la niña se alhaja para enamorar.
Que tan sólo un decir se me antoja.
Después, de su boca, nadita querrá.

Letra y música: Chango Rodríguez